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Las gentes del Mediterráneo empezaron a emerger del barbarismo cuando aprendieron a cultivar el olivo y la vid.

Tucídides
Tucídides (486 aC- 396? aC) es considerado el padre de la historiografía científica, en el que por primera vez los relatos aparecen despojados de intervenciones divinas, intentando recopilar fuentes y registros de forma rigurosa, analizando los hechos en forma de causa-efecto. Su obra Historia de la guerra del Peloponeso es considerada como un modelo de relato rigurosamente científico de un hecho histórico.
El cultivo de la vid es tan antiguo como la historia de la civilización, remontándose al Neolítico, en el momento en el que empiezan a establecerse los primeros asentamientos permanentes. En su estado silvestre, la vid (Vitis vinifera sylvestris) era una liana que crecía abundantemente en los bosques de ribera abrazada a los árboles. Sus bayas, de sabor agridulce agradable y con la capacidad de conservarse por largo tiempo (pasificación) seguramente fueron una reserva alimenticia para el invierno. Los primeros registros arqueológicos que evidencian el consumo de uvas se ubican en el norte de la actual Irán, en Turquía y en Georgia, hace más de 8000 años. Es probable que, en algún momento, se produjera una fermentación accidental que originara una bebida euforizante.
Desde ese momento se empezaría a su domesticación, mediante la selección de aquellas plantas más prometedoras por su sabor o abundancia. Con el tiempo aparecieron algunas mutaciones que dieron origen a plantas hermafroditas, como las actuales vides (Vitis vinifera vinifera o sativa). Hacia el 3000 aC, en la Edad de Bronce, ya empiezan a encontrarse los primeros registros de cultivo de vid y producción de vino en lo que es el relato más antiguo conocido, la ‘Epopeya de Gilgamesh’ e incluso, hacia el 2000 aC, las primeras leyes hititas que hacen referencia al cultivo del viñedo: Si un hombre mete su rebaño en una viña cultivado y la arruina, si no ha sido cosechada aún, pagará 10 siclos de plata por cada cepa; y así restituirá. Pero si está cosechada sólo tiene que pagar 3 siclos de plata.
El comercio y la expansión geográfica de los pueblos de la zona (fenicios, asirios, babilonios, egipcios) por el Mediterráneo llevó la vid a otros territorios, e incluso se extiende hacia Oriente, llegando a China. Los egipcios elaboraban el vino en grandes vasijas de barro y en las pirámides se han encontrado grabados y mosaicos que representan el cultivo de la vid, la recolección, elaboración y disfrute del vino en fiestas y actos religiosos. A Grecia llega hacia el 700 aC y a Italia, hacia el 200 aC. A los romanos les debemos las primeras barricas de madera para almacenarlo y transportarlo, según recoge Julio César en su “Guerra de las Galias” y a la aparición de las primeras técnicas enológicas para clarificarlo. Desde Italia, se extiende el cultivo de la vid hacia la Galia e Iberia; desde ahí, los visigodos terminan de extenderlo al resto de Europa.
A Norteamérica se cree que llega de la mano de los vikingos, hacia el 1000 dC; a Sudamérica, de la mano de los colonizadores españoles, ya en el siglo XVI (Hernán Cortés, en 1525 en México; en la segunda mitad del siglo, a Chile, Perú y Argentina; a finales del XVII a California). A Australia, a finales del XVIII….
Y entonces llegó la filoxera, pero esa es ya otra historia…