VINO Y CINE

Wine pills

Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada sabor.

Imagen que combina una botella de vino con el dibujo de una película de cine hecha con el vino que sale de la misma

Federico Fellini (1920-1993)

Ha sido considerado uno de los directores italianos más importantes del siglo XX. Ganador de cuatro premios Óscar y numerosos premios internacionales, dejó obras maestras de la historia del cine como “La Dolce Vita”, “Julieta de los espíruts”, “Ocho y medio”, “Las noches de Cabiria”, “Amarcord” o “La Strada”.

El vino y su entorno ha sido un elemento habitual en torno al que giran numerosos argumentos que exploran todas sus facetas: romanticismo, ambición, aventura, drama, humor, melancolía, emoción, historia, … En todas ellas, el vino ha sido un elemento central en la trama, ya sea para introducirnos en la historia, como auténtico personaje secundario o como verdadero protagonista.

¿Quién no ha reído las divertidas peripecias de Kate (Meg Ryan) tratando de recuperar a su novio en “French Kiss” (Lawrence Kasdan, 1995) y encontrando en su lugar a Luc (Kevin Kline) que sueña con un viñedo en su pueblo natal? Los viñedos de “Un paseo por las nubes” (Alfonso Aráu, 1995) han sido también el entorno ideal en el que Victoria/Aitana Sánchez se enamora de Paul (Keanu Reaves) bajo la atenta mirada del rígido patriarca del clan Don Pedro Aragón (Anthony Quin). Y la viña y los viñedos son también un entorno especial en el que recuperar la identidad perdida, como en “Bajo el sol de la Toscana” (Audrey Wells, 2003) una deprimida escritora americana (Diana Lane) viaja a Italia para descubrimos la alegría de la vida y la amistad o en “Un buen año” (Ridley Scott, 2006) en la que un ejecutivo agresivo (Russell Crowe) recuerda los buenos momentos de su infancia en los viñedos franceses de su tío, que ha recibido como herencia.

Pero no solo es amor y romanticismo: la cara más oscura quedó fielmente retratada en la magistral y oscarizada “Días de vino y rosas” (Blake Edwards, 1962) protagonizada por Jack Lemmon y Lee Remick (y galardonados ambos con el Oscar de ese año a los mejores actores principales), en el que una pareja se hunde en el drama del alcoholismo, retratado con toda crudeza. O la ambición de una malvada Angela Channey (Jane Wyman) al frente de una bodega en el Valle de Napa en la telenovela “Falcon Crest”.

Y para cerrar, volvemos a su cara amable y más divertida en el que el vino es el elemento en torno al que gira la trama. La genial película de Stanley Kramer, “El secreto de Santa Vittoria” (1969) en la que un alcalde borracho (Anthony Quin), una condesa enamoradiza (Virna Lisa) y un comandante alemán (Hardy Kruger) se enzarzan en una divertidísima busqueda de toda la producción de vino del pueblo.

Sofá, manta, cine… y una buena copa de vino en las manos, ¿qué mejor plan para disfrutar en buena compañía?

Sinatech: trabajo en equipo.